martes, 18 de diciembre de 2012

LA SOCIEDAD DEL APRENDIZAJE Y EL CAMBIO EDUCATIVO

La sociedad del aprendizaje y el cambio educativo

      Diversos teóricos e investigadores han establecido que la sociedad de la información se basa en un caudal sin precedentes de información, de avances científicos y revoluciones tecnológicas, de recursos humanos especializados en ramas y sectores cada vez más específicos y en la globalización de los propios recursos informativos, tecnológicos, humanos donde precisamente la información se convierte en fuente fundamental de productividad y poder. Uno de los pilares fundamentales de esta sociedad de la información es el capital humano, los trabajadores calificados, aquellos que son capaces de generar valor para sus organizaciones. Por tanto, la calidad de la educación y el aprendizaje continuo y renovado constituyen motores impulsores de este tipo de sociedad a la que también se le llama sociedad del aprendizaje.

      La sociedad del aprendizaje tiene entre sus paradigmas fundamentales la formación continua o educación para toda la vida, en consideración al ritmo en que se genera nueva información: los conocimientos de hoy pueden ser obsoletos en 15 ó 20 años. En la construcción de este paradigma, se involucran numerosos agentes, desde las clásicas instituciones educativas que proporcionan la formación "inicial", -y que deben verse sólo como una de las etapas de la formación permanente-, y las empresas que se encargan de proporcionar a los trabajadores los conocimientos y habilidades para su desempeño laboral, hasta la educación informal que proporcionan los medios de comunicación o los nuevos entornos virtuales de formación a distancia. Este paradigma de formación continua está muy relacionado con la alfabetización informacional, que implica crear en los individuos habilidades para reconocer sus necesidades de información y satisfacerlas por medio de la localización, evaluación y el uso eficiente de la información, así como la creación de habilidades que favorezcan el autoaprendizaje durante toda la vida. Este proceso educativo puede realizarse, tanto a partir del aprendizaje formal proporcionado por los diferentes niveles de enseñanza como por los procesos no formales que debe garantizar la sociedad.


     En los tiempos que corren ha cambiado la manera en que los individuos aprenden: el cambio abarca la forma y el contenido.
Por una parte, han cambiado los espacios educativos, que han pasado de presenciales en el aula a semipresenciales con enseñanza virtual hasta los sistemas completamente virtuales, como los sistemas de e-learning; la enseñanza entonces, ha rebasado el marco del sistema educativo tradicional para alcanzar los espacios laborales y comunitarios; los métodos de enseñanza varían hoy, desde la presencia física del profesor hasta la mediación de un tutorial o sofware; se ha pasado de los modelos de enseñanza conductistas, que implicaban el papel protagonista del profesor en la enseñanza del alumno a los modelos constructivistas, que ponen en el centro al alumno y potencian su habilidad para construir su conocimiento. Los recursos informativos también han cambiado, apoyados cada vez más en el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones, diseñados con enfoques constructivistas, con creciente empleo de la multimedia e hipermedia, y en un ambiente cada vez más interconectado y cooperativo. Pero también, las funciones de los profesionales implicados en este reto educativo han cambiado y se exige de estos mayor profesionalismo, liderazgo y, por supuesto, superación continua.

     El nuevo paradigma educativo ha generado transformaciones en los métodos pedagógicos y educativos, los que garantizar que las nuevas generaciones adquieran:
"Nuevas actitudes hacia el diálogo, la coexistencia democrática, la comunicación interpersonal, la cooperación; nuevas capacidades para interpretar y resolver problemas mediante soluciones creativas, la formulación de nuevas hipótesis y la ejercitación de la crítica y la reflexión; nuevas competencias profesionales, técnicas y organizacionales."

     Los profesionales de la información, junto a profesores y educadores, deben asumir el liderazgo en este paradigma de formación continua y cambio educativo. En este nuevo escenario, el profesional de la información no es sólo un proveedor de fuentes de información en la bibliotecas pública, escolar o en el centro de información de cualquier nivel de enseñanza, empresa u otro entorno educativo, sino un protagonista activo en la formación de competencias en información que hagan posible el desarrollo personal y profesional de los individuos. Su labor, la de un educador, no puede verse aislada dentro de este contexto educativo, sino como parte de las transformaciones que ocurren en la arena pedagógica, del rediseño de los currículos, de los métodos de enseñanza, etcétera.

     En la sociedad del aprendizaje, la mayoría de las organizaciones e instituciones de información -sean públicas, de salud, educación, especiales- se encuentran en algún nivel para apoyar los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Sin embargo, ¿están conscientes los profesionales de la información de la función que pueden y deben desempeñar en estos contextos educativos?

Y por otra parte ¿están preparados profesionalmente para asumir estas funciones?


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